Autor: ExpokNews
Fecha: 31 de enero de 2024
Reseña
En "El impacto del cine en la sostenibilidad", ofrece un análisis detallado sobre cómo las películas y series televisivas han evolucionado como herramientas poderosas para la concienciación y acción frente al cambio climático. El artículo, basado en las reflexiones de Oli Mould, docente de Geografía Humana en la Royal Holloway University of London, explora la capacidad del cine para transmitir mensajes climáticos de manera emocionalmente efectiva y accesible, estableciendo así una relación directa entre el entretenimiento y la sostenibilidad.
Mould comienza señalando cómo películas recientes como "No Mires Arriba" (2022) y "El Final del que Partimos" (2023) abordan la crisis climática a través de historias imaginativas que conectan emocionalmente con el público, permitiendo que las audiencias no solo reciban la información, sino que también sientan la urgencia de los problemas ambientales.
El artículo resalta tres beneficios clave de la narrativa cinematográfica en temas de sostenibilidad. Primero, el impacto emocional que las películas pueden generar en las audiencias. Mould argumenta que las películas tienen la capacidad única de captar la atención del público y despertar emociones profundas que motivan cambios en el comportamiento de las personas, algo que rara vez se logra a través de presentaciones académicas o datos científicos.
En segundo lugar, destaca cómo el cine puede acercar los problemas climáticos a la vida cotidiana al presentar personajes y eventos con los que las personas pueden identificarse. Esto lo ejemplifica con la serie "Years and Years", que aborda problemas climáticos dentro de una narrativa familiar común, haciendo más accesible el debate climático.
Finalmente, Mould subraya el impacto visual de las imágenes climáticas en el cine, facilitado por los avances en efectos especiales y gráficos generados por computadora. Películas como "El Día Después del Mañana" (2004) marcan un antes y un después en la representación de desastres climáticos a gran escala, grabando en la memoria del espectador la magnitud de las posibles consecuencias ambientales.
El artículo también introduce el concepto de "cli-fi" (abreviatura de "climate fiction"), un género que utiliza escenarios post-apocalípticos tras el cambio climático para abordar problemas sociales y políticos. Películas como "Snowpiercer" (2020) y "Mad Max: Fury Road" (2015) son ejemplos destacados de este género, que a pesar de no ser siempre científicamente preciso, tiene como objetivo principal generar una conexión emocional y fomentar la reflexión sobre las consecuencias del cambio climático.
Mould enfatiza que, aunque la exactitud científica no siempre sea el foco en estas obras, su capacidad para movilizar al público a través de narrativas convincentes es lo que las hace valiosas en la lucha por la sostenibilidad.
En resumen, el cine ha pasado de ser un simple medio de entretenimiento a convertirse en una herramienta crucial para la educación y la acción social en temas ambientales. A través de historias emocionalmente resonantes y visualmente impactantes, las películas y series pueden despertar la conciencia pública sobre el cambio climático y motivar un cambio tanto a nivel individual como colectivo.
Este artículo de ExpokNews nos recuerda que el cine tiene el potencial de influir en la mentalidad global sobre la crisis climática, convirtiéndose en un catalizador de conversaciones y acciones necesarias para enfrentar los retos medioambientales del siglo XXI.
Apreciaciones personales
Desde mi punto de vista de un apasionado del cine, considero que el análisis de Oli Mould resalta el impacto del cine en la concienciación sobre la crisis climática. Películas como "No Mires Arriba" y el género "cli-fi" logran conectar emocionalmente con el público, transmitiendo la urgencia de los problemas ambientales de manera accesible. Aunque no siempre científicamente exactas, estas narrativas son poderosas herramientas para inspirar acción social, dejando una huella duradera en la mente de los espectadores. En definitiva, el cine no solo entretiene, sino que impulsa el cambio hacia un futuro más sostenible.
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